Por una cultura del encuentro
Como creyentes, también nos sentimos cercanos a aquellos que, al no reconocer parte de ninguna tradición religiosa, buscan sinceramente la verdad, la bondad y la belleza, que para nosotros encuentran su máxima expresión y su fuente en Dios. el compromiso con la defensa de la dignidad humana, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia de la creación. Un espacio especial es el de los llamados nuevos Areópagos, como el “Atrio de los Gentiles”, donde los creyentes y los no creyentes pueden dialogar sobre los temas fundamentales de la ética, el arte y la ciencia, y sobre la búsqueda de la trascendencia. Este también es un camino de paz para nuestro mundo herido.